ARTURO BORDON
“Generación del 900”
Corría el año 1.932, en Sudamérica, dos conflictos tomaban forma de crisis bélica. La guerra entre Perú y Colombia, y la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, éste último marcaría el rumbo de dos países, dejando secuelas imborrables de muerte, en la memoria familiar de miles valientes soldados.
En Paraguay una vez más los jóvenes de la patria serían los protagonistas de una injusta y cruel guerra entre hermanos, que solo derivaría en la aniquilación de una generación de hombres con pensamientos e ideas renovadas.
En ese momento el país se encontraba atravesando por una etapa de importante crecimiento económico e institucional. Aunque las heridas de la Guerra Grande aun eran frescas, se vivía un momento histórico de positivismo generalizado, las disputas internas en los diferentes partidos políticos se tornaron menos tensas y las reconciliaciones partidarias eran más amistosas.
Es así que en los meses previos a la guerra del Chaco, en un lugar conocido como el “Bar Vila”, ubicado en pleno centro de la ciudad capital, (Palma y Montevideo), se reunían los más selectos representantes de la cultura nacional, que junto con los denominados “Generación del 900” (nacidos entre 1.870 – 1.910), intercambiaban diferentes pensamientos sobre temas, relacionados con literatura, arte, filosofía, música y por supuesto, la política. Deliberando diferentes opiniones de una posible guerra con Bolivia, que estaba próxima y era inevitable.
Personalidades de toda índole encontraban en este sitio un espacio de encuentro, donde además, todos aquellos aventajados que habían viajado por estudios u otros motivos a otros países, traían noticias sobre los últimos acontecimientos que se daban en Europa, EEUU y el resto de América, y compartían con amigos momentos agradables, en uno de los establecimientos más concurridos del país en aquel entonces.
La guerra cambiaría el destino del Paraguay y esta generación marcaría un momento puntual en historia del país.
Para entender este momento histórico de desarrollo intelectual, es importante remontarse varias décadas atrás. Todo comenzó en 1.870, el país se encontraba devastado por la guerra grande, era urgente comenzar de nuevo a organizarse para construir un Paraguay comprometido con su tiempo y proyectado al futuro. Esta tarea recayó sobre un grupo de profesores paraguayos graduados en el exterior, a los que se le unieron algunos residentes extranjeros. Estos profesores realizaron una especial labor de enseñanza, preparado jóvenes en las diferentes disciplinas.
Sin lugar a dudas el Colegio Nacional de la Capital (1.877), fue la institución principal y de mayor importancia en la preparación de estos jóvenes que integrarían ese grupo tan prestigioso de intelectuales y pensadores paraguayos.
Los periódicos de la época publicaban siempre editoriales y artículos que contribuían a dar el eco y la importancia de la educación para el pueblo, como aparece en el párrafo extraído de uno de ellos.
“Porque el hombre sin instrucción no puede tener conciencia de sus derechos ni apreciar la importancia de los deberes como ciudadano en un país libre, que tiene por norma la igualdad; ni menos hacer uso de las libertades que acuerdan sus libertades institucionales”
Con el transcurrir de los años, ya en 1.889, sería creada la Universidad Nacional de Asunción, iniciativa que surge en la necesidad de dar una enseñanza superior a todos esos egresados del Colegio Nacional de la Capital.
Dicha institución posibilitó la capacitación Universitaria de cientos de alumnos que pasarían a integrar puestos de relevancia en diferentes sectores de la sociedad paraguaya. Los destacados profesores, en su gran mayoría españoles, transmitirían el saber y la virtud, rescatando los valores y principios de una nación, reavivando así el sentimiento más profundo de ser paraguayo.
“Generación del 900”
Corría el año 1.932, en Sudamérica, dos conflictos tomaban forma de crisis bélica. La guerra entre Perú y Colombia, y la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, éste último marcaría el rumbo de dos países, dejando secuelas imborrables de muerte, en la memoria familiar de miles valientes soldados.
En Paraguay una vez más los jóvenes de la patria serían los protagonistas de una injusta y cruel guerra entre hermanos, que solo derivaría en la aniquilación de una generación de hombres con pensamientos e ideas renovadas.
En ese momento el país se encontraba atravesando por una etapa de importante crecimiento económico e institucional. Aunque las heridas de la Guerra Grande aun eran frescas, se vivía un momento histórico de positivismo generalizado, las disputas internas en los diferentes partidos políticos se tornaron menos tensas y las reconciliaciones partidarias eran más amistosas.
Es así que en los meses previos a la guerra del Chaco, en un lugar conocido como el “Bar Vila”, ubicado en pleno centro de la ciudad capital, (Palma y Montevideo), se reunían los más selectos representantes de la cultura nacional, que junto con los denominados “Generación del 900” (nacidos entre 1.870 – 1.910), intercambiaban diferentes pensamientos sobre temas, relacionados con literatura, arte, filosofía, música y por supuesto, la política. Deliberando diferentes opiniones de una posible guerra con Bolivia, que estaba próxima y era inevitable.
Personalidades de toda índole encontraban en este sitio un espacio de encuentro, donde además, todos aquellos aventajados que habían viajado por estudios u otros motivos a otros países, traían noticias sobre los últimos acontecimientos que se daban en Europa, EEUU y el resto de América, y compartían con amigos momentos agradables, en uno de los establecimientos más concurridos del país en aquel entonces.
La guerra cambiaría el destino del Paraguay y esta generación marcaría un momento puntual en historia del país.
Para entender este momento histórico de desarrollo intelectual, es importante remontarse varias décadas atrás. Todo comenzó en 1.870, el país se encontraba devastado por la guerra grande, era urgente comenzar de nuevo a organizarse para construir un Paraguay comprometido con su tiempo y proyectado al futuro. Esta tarea recayó sobre un grupo de profesores paraguayos graduados en el exterior, a los que se le unieron algunos residentes extranjeros. Estos profesores realizaron una especial labor de enseñanza, preparado jóvenes en las diferentes disciplinas.
Sin lugar a dudas el Colegio Nacional de la Capital (1.877), fue la institución principal y de mayor importancia en la preparación de estos jóvenes que integrarían ese grupo tan prestigioso de intelectuales y pensadores paraguayos.
Los periódicos de la época publicaban siempre editoriales y artículos que contribuían a dar el eco y la importancia de la educación para el pueblo, como aparece en el párrafo extraído de uno de ellos.
“Porque el hombre sin instrucción no puede tener conciencia de sus derechos ni apreciar la importancia de los deberes como ciudadano en un país libre, que tiene por norma la igualdad; ni menos hacer uso de las libertades que acuerdan sus libertades institucionales”
Con el transcurrir de los años, ya en 1.889, sería creada la Universidad Nacional de Asunción, iniciativa que surge en la necesidad de dar una enseñanza superior a todos esos egresados del Colegio Nacional de la Capital.
Dicha institución posibilitó la capacitación Universitaria de cientos de alumnos que pasarían a integrar puestos de relevancia en diferentes sectores de la sociedad paraguaya. Los destacados profesores, en su gran mayoría españoles, transmitirían el saber y la virtud, rescatando los valores y principios de una nación, reavivando así el sentimiento más profundo de ser paraguayo.
Estos ilustres docentes eran el Dr. José Zacarías Caminos, Sr. Ramón Zubizarreta, Sr. César Gondra, Sr. Alejandro Audibert, Dr. Ramón de Olascoaga, Sr. Victorino Abente,Sr. Ricardo Brugada, Don Mateo Collar, Dr, Facundo Machain, entre otros., que volcaron todo su conocimiento formando hombres de bien, con bases sólidas.
En estas aulas también sería figura importante del país en su tiempo, Cecilio Báez (1.862 – 1.941), aunque no perteneció a los novecentistas, igualmente estudió en el Colegio Nacional de la Capital y luego se doctoró en Derecho, fue el que lideró el grupo de intelectuales de su época, además fue profesor, decano y restor de la Universidad Nacional, recibió en su larga actuación varias distinciones internacionales, entre ellas la de miembro de la sociedad de Ciencias Sociales de Filadelfia en los Estados Unidos de Norte América, la academia de Historia de la Habana y de la Société Academique D´Historie Internacional de Paris. Entre sus obras intelectuales podemos citar Ensayos sobre la libertad civil, La tiranía en el Paraguay, Ensayo sobre el Dr. Francia y la dictadura sudamericana y resumen de la Historia del Paraguay.
Ocupó varios cargos políticos a lo largo de su vida. Como presidente de la nación, desempeño un papel importante en la historia, convirtiéndose en uno de los mejores presidentes que tuvo el país. Murió en Asunción el 18 de junio de 1.941 a los 79 años de edad.
En su momento Hugo Rodríguez Alcalá lo llegó a comparar con Miguel de Unamuno diciendo textualmente lo siguiente:
“Salvando las debidas distancias, se puede decir que el Sr. Cecilio Báez asumió en su generación el papel semejante al de Unamuno en la de 1.898. Báez era un sabio de cultura enciclopédica, filósofo positivista, jurista eminente, Doctor en Ciencias Naturales, y gran erudito en saberes de historia de América y el mundo. También tenía una fuerte influencia Liberal Spenceriano, era un defensor de las libertades cívicas y sobre todo fue un genuino Liberal y por ello fue duro al enjuiciar a su país”. (Langa Pizarro, p.97).
Guido Rodríguez Alcalá (Asunción, Paraguay, 1946), Poeta, narrador, historiador, ensayista, periodista y crítico literario. Colaboró asiduamente en diversos periódicos locales y extranjeros, aunque no fue contemporáneo de Cecilio Báez, supo plasmar todo el carácter de un hombre que forma parte importante de nuestra historia.
Otro importante intelectual, calificado como una de las mentes más lucidas del siglo XX en Paraguay, lo fue Justo P. Prieto (1.897-1.982), ejerció como docente y periodista. Egresado del Colegio Nacional de la Capital, más tarde estudió derecho y obtuvo el doctorado para dedicarse de lleno a la enseñanza el periodismo y la política.
Le toco ocupar varios cargos de relevancia, demostrando siempre si total entrega en las diferentes labores como representante y figura de primera magnitud en la inteligencia paraguaya.
Nuestro país nunca volvió a contar con una generación como ésta, que engrandeció nuestra cultura con tan ilustres hombres, entre los que estuvieron además Emeterio González (1.863 – 1.941), Arsenio López Decoud (1.867 – 1.045), Juan E. O´leary (1.879 – 1.969), Eusebio Ayala (1.875 – 1.942), esta generación fue fundamental en la cultura paraguaya, aquí destacaron figuras de la talla de Ignacio A. Pane, el primer sociólogo paraguayo, Blas Garay, el primer historiador del país, Juan E. O´leary, uno de los ensayistas más influyentes que tuvo el país, Juan Francisco Pérez Acosta (1.873 – 1.968), futuro historiador que fuera designado el 31 de enero de 1.905, Herib Campos Cervera (1.897 – 1.921), e inclusive grandes estadistas como Eusebio Ayala y Eligio Ayala.
Todos ellos fueron contemporáneos que pisaron fuerte en un periodo destacado de la historia del país, y que unidos por un mismo ideal se entregaron con la fuerza necesaria para trabajar incansablemente en la tarea esperanzadora de construir una verdadera nación de justicia y equidad para las futuras generaciones.
Era así que el país vivía inmerso en un ritmo de ideas nuevas y voluntades verdaderas que definirían las bases de todo lo que vendría más adelante en una historia poco conocida por todos nosotros de finales del siglo XIX y que duró hasta mediados del siglo XX.
Otro contemporáneo de esta “Generación del 900”, del que no nos podemos olvidar lo fue el destacado y reconocido impulsor del turismo en Paraguay, el Dr. Arturo Bordón.
Nacido en Villarrica, en el año 1.893, cursó estudios primarios en su ciudad natal, más tarde recibió su diploma de Bachiller en el Colegio Nacional de Asunción. Fue alumno de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales y luego de finalizar sus estudios se dedicó a la docencia dictando clases de Anatomía, Fisiología, Higiene, Historia, Agricultura, y Ganadería en la Escuela Normal de Maestros de Villarrica.
Tuvo un amplio protagonismo en el periodismo nacional, redactando para el periódico “El Nacional”, además dirigió, “La Tribuna”. Fue fundador y director de “Guaraní”, diario aparecido en Asunción por esos años. Su labor periodística lo llevo a colaborar para diarios de Buenos Aires.
Su labor no concluyó ahí, ya que su inagotable interés por los asuntos del país lo hizo incursionar en temas tan diversos como atrayentes para él, por dicho motivo en 1.932 siendo Secretario General de la C.D. y miembro de las comisiones de vías de Comunicaciones y Caminos; de Guías, Mapas y Conservación de Monumentos y sitios históricos, y presidente de la sección propaganda y relaciones del Touring Club Paraguayo, al que pertenecía como miembro, ayudo a elaborar la que sería posiblemente la primera guía turística del Paraguay, denominada GUÍA GEOGRÁFICA DE TURISMO.
Para la edición de esta guía el Sr, Bordón tuvo que sortear incontables obstáculos en la tarea de recolección de información, por dicha razón dirigió personalmente la elaboración de la misma, de principio a fin.
Como buen conocedor de país, su equipo y él visitaron cada rincón del territorio nacional recogiendo información de interés al más mínimo detalle. Recorrió cientos de kilómetros visitando pueblos y ciudades al volante de un Ford-A modelo 1.930, atravesando caminos poco transitados o abriéndolos cuando estos ni siquiera existían y pernoctando en los pocos hoteles que existían o en casa de amigos.
DETALLES DE LA GUÍA:
Esta guía que data del año 1.932, consta de 428 páginas en la que se incluye una breve explicación del modo de uso de la misma, una resumida reseña de la geografía del Paraguay, su organización política y otros datos de interés general en sus primeras páginas.
Cuenta además con 2 mapas fluviales perfectamente trazados a escala, además de 80 mapas hechos con fiable descripción en donde se señalan datos y referencias importantes de cada ciudad o pueblo, nombres de calles, edificios, plazas, monumentos históricos, sitios de interés turístico, etc.
La guía no está exenta de una práctica lista de datos de interés, tanto para la población local, como para los viajeros que llegaban a nuestro país. En la misma línea se detallan los servicios públicos de ómnibus capitalinos y del interior, estos con sus respectivas conexiones con todo el país y el itinerario que realizan, por las calles que transitan y a los barrios o pueblos a los que llegaban.
Incluye también unos prácticos consejos para el conductor en caso de necesitar primeros auxilios, una guía resumida con puntos importantes a tener en cuenta antes de iniciar el viaje (botiquín, herramientas, útiles auxiliares, manual del motor y sus causas). Además una serie de información que complementan esta guía, como por ejemplo, un itinerario fluvial, de los barcos que realizaban recorridos regulares, con un detalle de la trayectoria que efectuaban cada uno de ellos, desde donde partían y hacia las diferentes ciudades donde se dirigían, los puertos donde realizaba las paradas, y las tarifas claramente especificadas según el destino y la categoría.
Un cuadro con horarios del tren, sus diferentes recorridos y los tiempos de duración en cada trayecto.
En la guía no fueron obviadas las fotografías, en ella se incluyen más de 200 fotos en blanco y negro y a color, de diferentes sitios del país (parques, plazas, edificios, calles, tiendas, personalidades, parajes naturales, etc.
Una amplia y completa información sobre las diferentes rutas del país, caminos secundarios, etc. y las distancias en Km. de una ciudad o pueblo a otro, con los tiempos en horas/minutos en que se tarda en llegar a cada sitio teniendo en cuenta el estado de los caminos y épocas en los que transitar por ellos puede ser un problema.
Se incluye algunas opiniones interesantes sobre el Paraguay, enunciada en su momento por diferentes personalidades que hablan de este país como un sitio sin igual.
Paraíso Sudamericano: “ A igual que el paraíso terrenal colocado entre los ríos Tigris y Éufrates, el paraíso Sudamericano, el Jardín de Sudamérica como le calificaron los norteamericanos , se encuentra limitado al sur por el rio Paraná y al este por el rio Paraguay, dos grandiosas arterias fluviales” (El Paraguay Moderno- Periódico)
Temperatura Ideal: “La frescura de las noches es una de las características del verano paraguayo: El invierno paraguayo es una estación tan bella y placentera para los naturales como para los extranjeros. Al salir el sol una dulce tibieza se expande por todo y reanima los organismos; la radiante luz del astro del día siembra la alegría y la vida se despierta tan rápida y activa en los animales y vegetación, que diríase no haber pasado la naturaleza sino por un dulce sueño. Una comisión de sabios no hubiera podido escoger una temperatura media más favorable” (Moisés S. Bertoni)
“Pronto se convence el viajero, que el aire, el sol, árboles y flores, son elementos integrados de la vida en el Paraguay, denominado con admirable propiedad el “Jardín de Sudamérica” (Prof. Francisco Manzi)
Tierra de Sol, tierra de leyendas: “Tierra de sol, tierra de épica historia, tierra de leyenda! Lo que hicieron sus hombres en la guerra terrible, se ha contado a los niños de América, como hazaña de los héroes homéricos de los cuentos fabulosos. Porque allí se demostró con sangre y muerte, saber de patria y de sacrificio, quizás como en ninguna otra parte” (Rubén Darío).
Se recogen además varias citas que definen al pueblo paraguayo, haciendo especial referencia a la mujer paraguaya, la valentía y lealtad de su gente y la prodigiosa naturaleza con la cual fue bendecida esta tierra.
El señor Arturo Bordón fue un adelantado a su tiempo, trabajó con férrea convicción en defensa del patrimonio histórico cultural y natural, dando un empuje sin precedentes al turismo nacional.
Ya en aquel entonces hablaba de la importancia que estaba teniendo el turismo en los países más desarrollados, y al mismo tiempo hacia una proyección futurista de los importantes beneficios económicos que tendría esta actividad para el país, como medio para la erradicación de la pobreza, explicando los alcances favorables en las diferentes actividades comerciales de la población.
Arturo Bordón fue el primer Director General de Turismo que tuvo el país, al igual que desempeño sus funciones como Director de la Oficina Municipal de Turismo..
Participo del primer congreso Iberoamericano de Turismo realizado en San Francisco, California, en abril de 1.939.
Sentó las bases necesarias para la creación del primer Consejo Nacional de Turismo a través de un proyecto de ley que más tarde sería aprobado.
En la política militó siempre con fervor y abnegación, con el Partido Liberal, también ocupo una banca en la cámara de Diputados, hasta el 17 de febrero de 1.940.
En estas aulas también sería figura importante del país en su tiempo, Cecilio Báez (1.862 – 1.941), aunque no perteneció a los novecentistas, igualmente estudió en el Colegio Nacional de la Capital y luego se doctoró en Derecho, fue el que lideró el grupo de intelectuales de su época, además fue profesor, decano y restor de la Universidad Nacional, recibió en su larga actuación varias distinciones internacionales, entre ellas la de miembro de la sociedad de Ciencias Sociales de Filadelfia en los Estados Unidos de Norte América, la academia de Historia de la Habana y de la Société Academique D´Historie Internacional de Paris. Entre sus obras intelectuales podemos citar Ensayos sobre la libertad civil, La tiranía en el Paraguay, Ensayo sobre el Dr. Francia y la dictadura sudamericana y resumen de la Historia del Paraguay.
Ocupó varios cargos políticos a lo largo de su vida. Como presidente de la nación, desempeño un papel importante en la historia, convirtiéndose en uno de los mejores presidentes que tuvo el país. Murió en Asunción el 18 de junio de 1.941 a los 79 años de edad.
En su momento Hugo Rodríguez Alcalá lo llegó a comparar con Miguel de Unamuno diciendo textualmente lo siguiente:
“Salvando las debidas distancias, se puede decir que el Sr. Cecilio Báez asumió en su generación el papel semejante al de Unamuno en la de 1.898. Báez era un sabio de cultura enciclopédica, filósofo positivista, jurista eminente, Doctor en Ciencias Naturales, y gran erudito en saberes de historia de América y el mundo. También tenía una fuerte influencia Liberal Spenceriano, era un defensor de las libertades cívicas y sobre todo fue un genuino Liberal y por ello fue duro al enjuiciar a su país”. (Langa Pizarro, p.97).
Guido Rodríguez Alcalá (Asunción, Paraguay, 1946), Poeta, narrador, historiador, ensayista, periodista y crítico literario. Colaboró asiduamente en diversos periódicos locales y extranjeros, aunque no fue contemporáneo de Cecilio Báez, supo plasmar todo el carácter de un hombre que forma parte importante de nuestra historia.
Otro importante intelectual, calificado como una de las mentes más lucidas del siglo XX en Paraguay, lo fue Justo P. Prieto (1.897-1.982), ejerció como docente y periodista. Egresado del Colegio Nacional de la Capital, más tarde estudió derecho y obtuvo el doctorado para dedicarse de lleno a la enseñanza el periodismo y la política.
Le toco ocupar varios cargos de relevancia, demostrando siempre si total entrega en las diferentes labores como representante y figura de primera magnitud en la inteligencia paraguaya.
Nuestro país nunca volvió a contar con una generación como ésta, que engrandeció nuestra cultura con tan ilustres hombres, entre los que estuvieron además Emeterio González (1.863 – 1.941), Arsenio López Decoud (1.867 – 1.045), Juan E. O´leary (1.879 – 1.969), Eusebio Ayala (1.875 – 1.942), esta generación fue fundamental en la cultura paraguaya, aquí destacaron figuras de la talla de Ignacio A. Pane, el primer sociólogo paraguayo, Blas Garay, el primer historiador del país, Juan E. O´leary, uno de los ensayistas más influyentes que tuvo el país, Juan Francisco Pérez Acosta (1.873 – 1.968), futuro historiador que fuera designado el 31 de enero de 1.905, Herib Campos Cervera (1.897 – 1.921), e inclusive grandes estadistas como Eusebio Ayala y Eligio Ayala.
Todos ellos fueron contemporáneos que pisaron fuerte en un periodo destacado de la historia del país, y que unidos por un mismo ideal se entregaron con la fuerza necesaria para trabajar incansablemente en la tarea esperanzadora de construir una verdadera nación de justicia y equidad para las futuras generaciones.
Era así que el país vivía inmerso en un ritmo de ideas nuevas y voluntades verdaderas que definirían las bases de todo lo que vendría más adelante en una historia poco conocida por todos nosotros de finales del siglo XIX y que duró hasta mediados del siglo XX.
Otro contemporáneo de esta “Generación del 900”, del que no nos podemos olvidar lo fue el destacado y reconocido impulsor del turismo en Paraguay, el Dr. Arturo Bordón.
Nacido en Villarrica, en el año 1.893, cursó estudios primarios en su ciudad natal, más tarde recibió su diploma de Bachiller en el Colegio Nacional de Asunción. Fue alumno de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales y luego de finalizar sus estudios se dedicó a la docencia dictando clases de Anatomía, Fisiología, Higiene, Historia, Agricultura, y Ganadería en la Escuela Normal de Maestros de Villarrica.
Tuvo un amplio protagonismo en el periodismo nacional, redactando para el periódico “El Nacional”, además dirigió, “La Tribuna”. Fue fundador y director de “Guaraní”, diario aparecido en Asunción por esos años. Su labor periodística lo llevo a colaborar para diarios de Buenos Aires.
Su labor no concluyó ahí, ya que su inagotable interés por los asuntos del país lo hizo incursionar en temas tan diversos como atrayentes para él, por dicho motivo en 1.932 siendo Secretario General de la C.D. y miembro de las comisiones de vías de Comunicaciones y Caminos; de Guías, Mapas y Conservación de Monumentos y sitios históricos, y presidente de la sección propaganda y relaciones del Touring Club Paraguayo, al que pertenecía como miembro, ayudo a elaborar la que sería posiblemente la primera guía turística del Paraguay, denominada GUÍA GEOGRÁFICA DE TURISMO.
Para la edición de esta guía el Sr, Bordón tuvo que sortear incontables obstáculos en la tarea de recolección de información, por dicha razón dirigió personalmente la elaboración de la misma, de principio a fin.
Como buen conocedor de país, su equipo y él visitaron cada rincón del territorio nacional recogiendo información de interés al más mínimo detalle. Recorrió cientos de kilómetros visitando pueblos y ciudades al volante de un Ford-A modelo 1.930, atravesando caminos poco transitados o abriéndolos cuando estos ni siquiera existían y pernoctando en los pocos hoteles que existían o en casa de amigos.
DETALLES DE LA GUÍA:
Esta guía que data del año 1.932, consta de 428 páginas en la que se incluye una breve explicación del modo de uso de la misma, una resumida reseña de la geografía del Paraguay, su organización política y otros datos de interés general en sus primeras páginas.
Cuenta además con 2 mapas fluviales perfectamente trazados a escala, además de 80 mapas hechos con fiable descripción en donde se señalan datos y referencias importantes de cada ciudad o pueblo, nombres de calles, edificios, plazas, monumentos históricos, sitios de interés turístico, etc.
La guía no está exenta de una práctica lista de datos de interés, tanto para la población local, como para los viajeros que llegaban a nuestro país. En la misma línea se detallan los servicios públicos de ómnibus capitalinos y del interior, estos con sus respectivas conexiones con todo el país y el itinerario que realizan, por las calles que transitan y a los barrios o pueblos a los que llegaban.
Incluye también unos prácticos consejos para el conductor en caso de necesitar primeros auxilios, una guía resumida con puntos importantes a tener en cuenta antes de iniciar el viaje (botiquín, herramientas, útiles auxiliares, manual del motor y sus causas). Además una serie de información que complementan esta guía, como por ejemplo, un itinerario fluvial, de los barcos que realizaban recorridos regulares, con un detalle de la trayectoria que efectuaban cada uno de ellos, desde donde partían y hacia las diferentes ciudades donde se dirigían, los puertos donde realizaba las paradas, y las tarifas claramente especificadas según el destino y la categoría.
Un cuadro con horarios del tren, sus diferentes recorridos y los tiempos de duración en cada trayecto.
En la guía no fueron obviadas las fotografías, en ella se incluyen más de 200 fotos en blanco y negro y a color, de diferentes sitios del país (parques, plazas, edificios, calles, tiendas, personalidades, parajes naturales, etc.
Una amplia y completa información sobre las diferentes rutas del país, caminos secundarios, etc. y las distancias en Km. de una ciudad o pueblo a otro, con los tiempos en horas/minutos en que se tarda en llegar a cada sitio teniendo en cuenta el estado de los caminos y épocas en los que transitar por ellos puede ser un problema.
Se incluye algunas opiniones interesantes sobre el Paraguay, enunciada en su momento por diferentes personalidades que hablan de este país como un sitio sin igual.
Paraíso Sudamericano: “ A igual que el paraíso terrenal colocado entre los ríos Tigris y Éufrates, el paraíso Sudamericano, el Jardín de Sudamérica como le calificaron los norteamericanos , se encuentra limitado al sur por el rio Paraná y al este por el rio Paraguay, dos grandiosas arterias fluviales” (El Paraguay Moderno- Periódico)
Temperatura Ideal: “La frescura de las noches es una de las características del verano paraguayo: El invierno paraguayo es una estación tan bella y placentera para los naturales como para los extranjeros. Al salir el sol una dulce tibieza se expande por todo y reanima los organismos; la radiante luz del astro del día siembra la alegría y la vida se despierta tan rápida y activa en los animales y vegetación, que diríase no haber pasado la naturaleza sino por un dulce sueño. Una comisión de sabios no hubiera podido escoger una temperatura media más favorable” (Moisés S. Bertoni)
“Pronto se convence el viajero, que el aire, el sol, árboles y flores, son elementos integrados de la vida en el Paraguay, denominado con admirable propiedad el “Jardín de Sudamérica” (Prof. Francisco Manzi)
Tierra de Sol, tierra de leyendas: “Tierra de sol, tierra de épica historia, tierra de leyenda! Lo que hicieron sus hombres en la guerra terrible, se ha contado a los niños de América, como hazaña de los héroes homéricos de los cuentos fabulosos. Porque allí se demostró con sangre y muerte, saber de patria y de sacrificio, quizás como en ninguna otra parte” (Rubén Darío).
Se recogen además varias citas que definen al pueblo paraguayo, haciendo especial referencia a la mujer paraguaya, la valentía y lealtad de su gente y la prodigiosa naturaleza con la cual fue bendecida esta tierra.
El señor Arturo Bordón fue un adelantado a su tiempo, trabajó con férrea convicción en defensa del patrimonio histórico cultural y natural, dando un empuje sin precedentes al turismo nacional.
Ya en aquel entonces hablaba de la importancia que estaba teniendo el turismo en los países más desarrollados, y al mismo tiempo hacia una proyección futurista de los importantes beneficios económicos que tendría esta actividad para el país, como medio para la erradicación de la pobreza, explicando los alcances favorables en las diferentes actividades comerciales de la población.
Arturo Bordón fue el primer Director General de Turismo que tuvo el país, al igual que desempeño sus funciones como Director de la Oficina Municipal de Turismo..
Participo del primer congreso Iberoamericano de Turismo realizado en San Francisco, California, en abril de 1.939.
Sentó las bases necesarias para la creación del primer Consejo Nacional de Turismo a través de un proyecto de ley que más tarde sería aprobado.
En la política militó siempre con fervor y abnegación, con el Partido Liberal, también ocupo una banca en la cámara de Diputados, hasta el 17 de febrero de 1.940.
5 comentarios:
Me encanto el artículo, bien detallado sobre todo el enfoque de la importancia de la literatura, y hacer honor a las personas que han hecho que el turismo en paraguay sea posible.
Naty, me alegro que te haya gustado, la verdad es que creí necesario hacer una breve reseña histórica de esta época y sus principales protagonistas.
Encuentro importante valorar la vida de cientos de Paraguayos que no deben ser olvidados por simple dejadez de o falta de interés de la gente.
El rescate de la memoria histórica debe ser tarea obligada por todos, para reavivar todo aquello que engrandeció al país.
Buenas...como estas amigo? me llena de emocion este articulo...y no es para menos..se trata de mi abuelo....soy Arturo Cristaldo Bordon..nieto de Arturo Bordon...yo tenia conocimiento de las actividades que realizo mi abuelo tanto en el turismo como en la politica...pero los detalles de este articulo enriquece lo que hasta ahora sabia de el...me gustaria seguir compartiendo informacion sobre su vida y otras cuestiones relacionadas con el y lo que hizo...ademas de algunas anecdotas que cuenta mi madre con respecto a sus labores como abogado...espero tu respuesta...gracias...mi correo es arturocb5@hotmail.com
Gracias Arturo de verdad, lo hice pensando en todos estos representantes de una generación entre la que formaba parte tu abuelo y el mio, haciendo honor a la memoria a estos hombres de bien que dieron sus vidas por construir un país mejor..
Un fuerte abrazo y gracias por leerme....mi e-mail es titomoran9@hotmail.com
Muy interesante César lo que escribiste en "Arturo Bordón" - "Generación del 900". Yo soy Graciela Bordón, nieta de Félix Arturo Bordón Corvalán, mi papá era uno de los cuatro hijos que tuvo con su esposa Ana María Pereyra Ortiz. Uno de mis hermanos tiene esa guía turística que mi abuelo escribió, entre otras cosas, porque él fue autor también de varios libros acerca de política del Paraguay, incluso algunos están inéditos.
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