Hace unas semanas apareció publicada en la página http://www.miplayadelascanteras.com/ una foto tomada desde la playa de Las Canteras. Dicha playa se encuentra ubicada en la ciudad capital de la Isla de Gran Canaria, y es perteneciente a una de las siete islas del archipiélago Canario.
La foto mostraba mar adentro la silueta de algo que parecía una isla, situada supuestamente en un sitio donde no debería haber ninguna.
La leyenda que acompañaba la foto decía. “Se ha podido ver hoy la isla de San Borondón “
Para entender a que se refiere esta foto es importante documentarse y entrar en uno de los mitos más populares de las islas.
Para entender a que se refiere esta foto es importante documentarse y entrar en uno de los mitos más populares de las islas.
Aunque existe sin fin de información relacionada con este tema en internet, he querido hacer referencia a la publicación hecha por la revista “ALTAIR”, que en su sección cuadernos de viajes explica muy claramente los misterios que guardan relación a este nombre “San Borondón”
Todo da comienzo allá por los años 484-577, donde un religioso de nombre Brandán de origen irlandés, más tarde hecho santo, navego durante siete años por el Atlántico en busca de la isla del paraíso o Tierra de Promisión, supuestamente con éxito. Años más tarde los irlandeses ubicaron este sitio en una isla a la que le bautizaron con el nombre de “San Brandán”, al sureste de Irlanda. Es así como aparece publicada por el año 1.234 la primera ubicación cartográfica de esta isla. En los sucesivos años la misma se movería para arriba y abajo en los diferentes mapas publicados y muchos de ellos mezclarian con estos los mitos grecorromanos acerca de los Bienaventurados o Afortunadas de esta manera acabarian identificándose con una de las Canarias, cuando no con todas.
Es entonces cuando sucedió algo extraordinario, al llegar a Canarias la isla de “San Borondón” comenzó a mostrarse a los ojos humanos.
El primer avistamiento fue el de Gonzalo Fernández, en el año 1.461. Cristóbal Colón escribió, el 9 de agosto de 1.492 en el diario del primer viaje, que “ juraban muchos hombres horrados españoles que en la Isla de La Gomera estaban que cada año veían tierra al este de Las Canarias”, a lo que los reyes se tomaron aquello muy en serio. El avistaje de “San Borondón” fue corriente durante los siglos posteriores desde la isla de El Hierro, La Palma y La Gomera.
Los videntes eran de toda edad y condición: marineros, labriegos, clérigos, padres de familia, pendencieros, ciegos, inquisidores, escribanos, doctores, etc. Y no solo lo coincidían muchos en lo que veían, sino que también afirmaban que desde esta isla llegaba un olor agrio.
Los muchos testimonios daban fe de que la isla que no se deja ver cuando se buscaba existía, por tal motivo se enviaron varias expediciones en su busca, fue entonces cuando surgieron incluso afirmaciones de gente que supuestamente había puesto los pié en la isla sin quererlo.
En 1.570, Marco Peres, vecino de la Orotava-Tenerife, afirmó que viniendo del Brasil, un temporal les hizo derivar hasta situarse entre la isla del Hierro y La Palma. Y que allí encontraron una isla, donde desembarcaron junto a un arroyo de buena agua y vieron un árbol y en ella una cruz clavada, en su relato describía además que había gallinas salvajes y garzas, rebaños de vacas y toros, de cabras, de ovejas blancas y negras, y ninguno de estos animales se espantaba con los hombres, aseguraban que los habitantes debían ser gigantes pues descubrieron huellas de pies dos veces el tamaño normal.
“San Borondón”caló hondo en los canarios y se convirtió en un mito autóctono. Un recopilador de tradiciones J. Bethencourth Alfonso escribía en 1.901 que la noche de San Juan los herreños (originarios de la isla del Hierro) “se levantan temprano para ver bailar el sol y ver la isla de “San Borondón”.
Para dar una explicación lógica en el entendimiento de cómo entender que una isla que supuestamente no existe y es vista o al menos su silueta en la mayoría de los casos, por cientos de personas a lo largo de la historia, podemos decir que la misma tienen una razón más valida en la que según expertos se atribuye a un fenómeno atmosférico llamado parahelio. Cosa que ya los jesuitas se lo planteaban allá por el siglo XVIII. El parahelio es una ilusión óptica fruto de la refracción de la luz, por la cual un gran objeto (una isla) puede reflejarse en una nube lejana.
También existe una explicación sociológica a este hecho: “Es el paraíso que los canarios han tenido que mitificar para escapar de todas sus desgracias”
El asunto ha sido muy estudiado y la bibliografía escrita es realmente abrumadora. Si en el mejor de los casos existiese una isla que aparece y desaparece a mi particularmente me gustaría que siga siendo así siempre, y que ésta mantuviese ese enigma que ha guardado durante tantos siglos a propios y extraños.